En esta vivienda unifamiliar en Marbella nos encontramos con un suelo de barro donde la clienta se había estado preocupando por realizar un mantenimiento.
Sin embargo, el mantenimiento que venía realizando incluía el uso de máquina de agua a presión para su limpieza regular.
Como hemos explicado en otros apartados de esta web, insistimos en que este método no es el más recomendable para la limpieza de suelos de barro en exteriores.
Recomendamos para ampliar información de los motivos, leer el siguiente artículo donde lo explicamos en detalle :
En líneas generales el suelo estaba bastante bien cuidado y el grado de desgaste por el uso de la máquina de agua a presión para su limpieza, afortunadamente era leve.
INDICE DE CONTENIDO
Principales problemáticas que presentaba las distintas zonas
- Pequeñas zonas con moho y verdín incrustado
- Afloramiento de salitre en diversas áreas
- Manchas de humedad por aplicación errónea de hidrofugante en terrazas
Todos estas problemáticas hacia que las diferentes áreas de terracota, presentaran una estética de deterioro. A pesar del esfuerzo realizado por la clienta en tratar de tener toda la superficie de pavimento de barro exterior en buen estado.
Según palabras textuales de la clienta : «Esto le frustraba bastante al poner mucho esfuerzo y personal dedicado al mantenimiento del barro cocido, sin el efecto deseado»
En primer lugar le explicamos que desde ya dejase de usar la máquina de agua a presión para limpiar las losas de terracota, si no quería quedarse sin suelo en un periodo corto de tiempo.
Detalles del procedimiento a aplicar y el porque del mismo
Zonas con moho y verdín
Procederíamos en primer lugar a erradicar el mismo, para posteriormente limpiar toda la superficie.
Zonas de afloramiento de salitre
Utilizaríamos nuestros productos anti salitre en las proporciones adecuadas para eliminar todo el salitre acumulado en capas profundas de las losas de barro.
Normalmente en estos casos se realiza una primera fase y se observa si conforme seca la superficie vuelve a aflorar el salitre. Si es el caso, se repite el procedimiento hasta que una vez seca toda la superficie de terracota, se aprecia que no hay ya salitre.
En estas zonas con esfosforecencias de salitres continuas, solemos usar proporciones altas de nuestro producto anti salitre en su mezcla con agua.
Zonas con tratamiento erróneo hidrofugante
En la última planta teníamos un par de terrazas, donde se le había aplicado un tratamiento hidrofugante en la búsqueda de otorgar protección contra absorción de manchas a las terrazas de terracota.
Sin embargo, quien había hecho la aplicación del producto, probablemente lo había aplicado sin esperar que el suelo estuviese completamente seco.
Cuando se aplica el producto sobre una superficie aún húmeda, el tratamiento no va a penetrar por igual en todas las zonas de la baldosa de barro y como consecuencia, van a aparecer manchas muy visibles como de humedad.
El problema es que en ocasiones estas manchas a pesar de decaparse el tratamiento anterior, aveces no salen por completo.
El motivo es que entre el producto aplicado y la humedad acumulada, se come parte de la tonificación de la losa de barro y esta queda como desteñida.
Concretamente en este caso, nos dio mucha guerra y tuvimos que proceder a decapar y limpiar hasta en tres veces para conseguir un resultado final decente y disimular al máximo las destonificaciones que sufría el suelo.
Acabado estético aplicado de protección
A petición de nuestra clienta, el tratamiento de protección para el suelo de barro exterior escogido fue mate.
Este tipo de protección, otorga al suelo de barro exterior un grado de protección alto contra las absorciones de manchas, permitiendo a la losa de terracota, poder transpirar y de este modo evaporar humedades.
Este grado de impermeabilización, hace que tanto el moho y verdín, como el salitre, aflore con facilidad; y sea fácil de limpiar, incluso pudiéndose fregar el suelo con fregona.
Resumen en imágenes del Antes y Después del trabajo realizado
A continuación les dejamos unas imágenes de comparativa entre el estado inicial del suelo de barro y el resultado obtenido tras finalizar el trabajo aplicando toda la metodología de trabajo que hemos explicado anteriormente.
